Responder a un llamado interno, no siempre es complejo, pero tampoco a veces es tan sencillo - Solo nuestro ser más intimo, aquel al que a veces nos cuesta acceder, es quien puede medir (si esto fuera posible), el esfuerzo que nos conlleva tomar ciertas decisiones. A veces implica lidiar con un deseo irresistible que se nos opone, o tener que encontrar la fuerza para dar un comienzo. Implica Responsabilidad. Esta Acción de responder o no hacerlo, se opone al Hacer por Hacer. Accionar hacia un fin, dar sentido y valor a nuestros actos. A veces responder es sencillo, pero... y si no lo es? Quizás, como algunas personas sugieren, una buena opción es Tomar Distancia de la situación en si mismo.Tomarse el tiempo para poder comprender la situación desde sus diferentes aristas y reflexionar. Detenerse, un momento, a veces, no es perder tiempo. A veces nos da la posibilidad de oirnos, de oir al otro y decidir, ya no con ansiedad, sino con convicción. Convicción que es nuestra mejor opción. Tomar decisiones con calma, con respeto por el otro y por nosotros mismos. Un detalle.... A veces, responder a un llamado interno, no implica deshechar lo que tenemos. No siempre es algo nuevo, a veces, basta con mirar con otros ojos, con otros sentidos, aquello que ya existe. Algo nuevo, que surge de transformar....algo ya existente.
