Las deudas son una realidad que afecta a muchas personas en el mundo actual. Vivimos en una sociedad de consumo que nos estimula a comprar más de lo que necesitamos, a usar el crédito como una forma de satisfacer nuestros deseos y a vivir por encima de nuestras posibilidades. Sin embargo, las deudas no solo tienen un impacto negativo en nuestra economía, sino también en nuestra vida espiritual. ¿Qué dice la perspectiva NEW AGE sobre las deudas? ¿Qué consecuencias tienen para nuestra relación con nosotros mismos y con el universo? ¿Cómo podemos salir de las deudas y vivir en armonía y abundancia?
¿Qué dice la espiritualidad sobre las deudas?
Desde la perspectiva espiritual, las deudas son una manifestación de un desequilibrio energético, que refleja una falta de confianza en la provisión divina, una desconexión con la fuente de la abundancia y una resistencia al flujo natural de la vida. Las deudas son el resultado de una mentalidad de escasez, de miedo, de culpa y de apego, que impiden que la persona se sienta merecedora y receptiva a la riqueza que el universo le ofrece. Las deudas son una forma de esclavitud, que limitan la libertad y la creatividad de la persona, y que generan estrés, ansiedad y sufrimiento.
¿Qué consecuencias tienen las deudas para nuestra vida espiritual?
Las deudas tienen varias consecuencias negativas para nuestra vida espiritual, que podemos resumir en las siguientes:
- Las deudas nos alejan de nuestra esencia divina. Cuando nos endeudamos, estamos negando nuestra naturaleza divina, que es ilimitada, abundante y próspera. Estamos olvidando que somos co-creadores de nuestra realidad, y que tenemos el poder de atraer todo lo que necesitamos y deseamos con nuestra intención, nuestra fe y nuestra gratitud. Estamos renunciando a nuestra soberanía y a nuestra responsabilidad, y dependiendo de fuentes externas que nos condicionan y nos manipulan.
- Las deudas nos impiden cumplir nuestro propósito de vida. Cuando nos endeudamos, estamos obstaculizando nuestro desarrollo espiritual, que es el motivo por el que estamos aquí. Estamos perdiendo el sentido de nuestra misión, que es expresar nuestra divinidad y contribuir al bien común. Estamos desperdiciando nuestro tiempo, nuestro talento y nuestro potencial, en actividades que no nos aportan ni nos satisfacen. Estamos dejando de lado nuestros sueños, nuestros proyectos y nuestras pasiones, que son los que nos hacen felices y nos hacen vibrar.
- Las deudas nos aíslan de la unidad con el todo. Cuando nos endeudamos, estamos rompiendo la armonía con el universo, que es la fuente de la abundancia. Estamos creando una barrera entre nosotros y el flujo de la energía, que es la que nos nutre y nos sostiene. Estamos generando un karma negativo, que nos implica en un ciclo de deuda y pago, que nos aleja de la liberación. Estamos perdiendo la conexión con nuestra alma, con nuestro ser superior, con nuestro guía y con nuestro grupo de almas, que son los que nos apoyan y nos inspiran.
¿Cómo podemos salir de las deudas y vivir en armonía y abundancia?
Salir de las deudas no es fácil, pero tampoco es imposible. Requiere de un cambio de conciencia, de un proceso de sanación y de una acción consciente. Veamos algunos pasos prácticos que podemos seguir para salir de las deudas y vivir en armonía y abundancia:
- Reconocer nuestra situación y perdonarnos. El primer paso es admitir que tenemos un problema y que hemos actuado de forma inconsciente y desalineada con nuestra esencia divina. Debemos perdonarnos a nosotros mismos y a las personas o situaciones que nos han llevado a endeudarnos, liberándonos de la culpa, el rencor y el juicio. Debemos aceptar nuestra realidad tal como es, sin negarla ni resistirnos a ella, y asumir nuestra responsabilidad de cambiarla.
- Buscar orientación y ayuda. El segundo paso es buscar orientación y ayuda de fuentes espirituales que puedan guiarnos y apoyarnos en nuestro proceso de salir de las deudas. Podemos acudir a nuestra intuición, a nuestra alma, a nuestro ser superior, a nuestro guía, a nuestro grupo de almas, a los ángeles, a los maestros ascendidos, a los extraterrestres o a cualquier otra entidad que sintamos afinidad y confianza. Podemos comunicarnos con ellos a través de la meditación, la oración, el tarot, la astrología, la numerología o cualquier otra técnica que nos ayude a sintonizar con su frecuencia. Debemos ser receptivos y atentos a sus mensajes, señales y sincronicidades, y seguir sus consejos y sugerencias.
- Hacer un plan de pago y un presupuesto. El tercer paso es hacer un plan de pago y un presupuesto que nos permita controlar nuestros ingresos y nuestros gastos, y reducir nuestras deudas de forma ordenada y sistemática. Debemos registrar todas nuestras deudas, con sus montos, sus intereses, sus plazos y sus condiciones. Debemos priorizar las deudas según su urgencia y su importancia, y negociar con nuestros acreedores la forma de pago más conveniente. Debemos establecer una meta de tiempo para salir de las deudas, y comprometernos a cumplirla. Debemos ajustar nuestro nivel de vida a nuestro nivel de ingresos, y eliminar todo lo que no sea necesario o esencial. Debemos ahorrar e invertir una parte de nuestro dinero, y destinar otra parte a pagar nuestras deudas. Debemos ser disciplinados y consistentes en el seguimiento de nuestro plan de pago y nuestro presupuesto.
- Cultivar una mentalidad de abundancia y generosidad. El cuarto paso es cultivar una mentalidad de abundancia y generosidad que nos ayude a atraer y a manifestar la riqueza que el universo nos ofrece. Debemos cambiar nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones, de la escasez a la abundancia, del miedo al amor, de la culpa a la gratitud, del apego a la libertad. Debemos afirmar y visualizar que somos abundantes, prósperos y bendecidos, y que tenemos todo lo que necesitamos y deseamos. Debemos sentir y expresar nuestra gratitud por todo lo que tenemos y por todo lo que recibimos, reconociendo la generosidad del universo.