El secreto de la vibración para atraer la realidad que deseas
¿Qué es la vibración?
La vibración es la energía que emana de todo lo que existe en el Universo, desde los átomos hasta las galaxias, pasando por los seres vivos, los objetos, los pensamientos y las emociones. Todo vibra a una determinada frecuencia, que es la velocidad a la que se mueven las partículas que lo componen. La frecuencia vibratoria determina el estado, la forma, el color, el sonido y el comportamiento de cada cosa.
La vibración también es la forma en que nos comunicamos con el Universo y con los demás. La vibración es el lenguaje de la energía, que transmite información, intención y emoción. La vibración es el canal por el que se manifiesta la realidad, que es el resultado de la interacción entre las vibraciones de cada cosa.
La vibración es, por tanto, la clave para entender y modificar la realidad que experimentamos. Según la ley de la vibración, todo lo que vibra en la misma frecuencia se atrae, y todo lo que vibra en frecuencias diferentes se repele. Esto significa que, si queremos atraer algo a nuestra vida, tenemos que vibrar en la misma frecuencia que eso que deseamos. Y, si queremos alejar algo de nuestra vida, tenemos que vibrar en una frecuencia diferente a la de eso que no queremos.
¿Cómo funciona la ley de la vibración?
La ley de la vibración es una de las leyes universales que rigen la creación y la atracción de la realidad. Esta ley se basa en el principio hermético de que "todo es mente", es decir, que todo lo que existe es el producto de la mente divina, que es la fuente de toda la energía y la información que conforman el Universo. La mente divina crea la realidad a través de la vibración, que es la expresión de su voluntad, su inteligencia y su amor.
La ley de la vibración nos dice que, como seres creados a imagen y semejanza de la mente divina, también tenemos el poder de crear nuestra realidad a través de nuestra vibración. Nuestra vibración es el reflejo de nuestra mente, que está compuesta por nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestras emociones y nuestras intenciones. Nuestra vibración es la señal que emitimos al Universo, que responde a esa señal con la realidad que nos devuelve.
La ley de la vibración funciona de forma automática e impersonal, sin importar si somos conscientes de ella o no, si la usamos de forma positiva o negativa, si la entendemos o no. La ley de la vibración siempre está activa y siempre responde a nuestra vibración, que es la causa de nuestra realidad. Por eso, si queremos cambiar nuestra realidad, tenemos que cambiar nuestra vibración.
¿Cómo medir la vibración?
La vibración se puede medir de forma objetiva y de forma subjetiva. La forma objetiva consiste en usar instrumentos científicos que pueden detectar y cuantificar la frecuencia vibratoria de cada cosa, como los espectrómetros, los osciloscopios o los medidores de campo electromagnético. Estos instrumentos pueden medir la vibración en unidades como los hertzios, que son los ciclos por segundo que realiza una onda, o los teslas, que son las unidades de densidad de flujo magnético.
La forma subjetiva consiste en usar nuestra propia percepción y sensibilidad para captar y evaluar la frecuencia vibratoria de cada cosa, como nuestra intuición, nuestra visión, nuestro oído, nuestro olfato, nuestro gusto o nuestro tacto. Estos sentidos pueden medir la vibración en términos cualitativos, como el grado de armonía, de belleza, de alegría, de amor o de paz que nos transmite cada cosa.
La forma objetiva y la forma subjetiva de medir la vibración se complementan y se enriquecen mutuamente, y nos permiten tener una visión más amplia y precisa de la realidad que nos rodea y de la que creamos. Lo importante es ser conscientes de que todo tiene una vibración, y que esa vibración nos afecta y nos influye, tanto a nivel físico, como mental, emocional y espiritual.
¿Cómo elevar la vibración?
Elevar la vibración significa aumentar la frecuencia y la calidad de la energía que emitimos y que recibimos, lo que se traduce en una mayor conexión, comprensión, expresión y manifestación de nuestra esencia divina, que es el amor. Elevar la vibración implica un proceso de transformación personal y colectivo, que requiere de nuestra voluntad, nuestra conciencia y nuestra acción.
Elevar la vibración no es algo que se pueda hacer de forma aislada ni puntual, sino que es un estilo de vida, una actitud, una práctica y una disciplina que se debe mantener y cultivar de forma constante y coherente. Elevar la vibración es un reto y una oportunidad, que nos permite crecer, evolucionar y crear la realidad que deseamos.
Para elevar la vibración, se pueden seguir los siguientes pasos:
1. Identificar la vibración actual
El primer paso para elevar la vibración es identificar la vibración actual, es decir, la frecuencia y la calidad de la energía que estamos emitiendo y recibiendo en este momento. Para ello, podemos usar los métodos objetivos y subjetivos que hemos mencionado antes, y observar los siguientes aspectos:
- El estado físico: cómo se siente nuestro cuerpo, qué síntomas o molestias tiene, qué nivel de salud y vitalidad tiene, qué hábitos y cuidados tiene, etc.
- El estado mental: cómo se siente nuestra mente, qué pensamientos o creencias tiene, qué nivel de claridad y lucidez tiene, qué hábitos y actitudes tiene, etc.
- El estado emocional: cómo se siente nuestro corazón, qué emociones o sentimientos tiene, qué nivel de equilibrio y estabilidad tiene, qué hábitos y expresiones tiene, etc.
- El estado espiritual: cómo se siente nuestra alma, qué conexión o inspiración tiene, qué nivel de propósito y trascendencia tiene, qué hábitos y prácticas tiene, etc.
Al identificar nuestra vibración actual, podemos tomar conciencia de cómo estamos, qué nos falta, qué nos sobra, qué nos ayuda y qué nos perjudica. Podemos evaluar si nuestra vibración está alineada con nuestros deseos, o si está en contradicción con ellos. Podemos reconocer si nuestra vibración es alta o baja, positiva o negativa, armónica o caótica.
2. Limpiar la vibración negativa
El segundo paso para elevar la vibración es limpiar la vibración negativa, es decir, eliminar o transformar la energía que nos baja la frecuencia y la calidad de nuestra vibración, y que nos aleja de nuestra esencia divina, que es el amor. Esta energía puede provenir de fuentes externas o internas, y puede manifestarse de diversas formas, como:
- Fuentes externas: personas, lugares, situaciones, objetos, medios, etc., que nos transmiten energía negativa, como el miedo, la ira, la tristeza, la culpa, el rencor, la envidia, el odio, la violencia, la mentira, la manipulación, etc.
- Fuentes internas: pensamientos, creencias, emociones, sentimientos, intenciones, etc., que nos generan energía negativa, como el miedo, la ira, la tristeza, la culpa, el rencor, la envidia, el odio, la violencia, la mentira, la manipulación, etc.
Para limpiar la vibración negativa, podemos usar los siguientes métodos:
- Cortar o reducir el contacto con las fuentes externas de energía negativa, alejándonos de las personas, los lugares, las situaciones, los objetos o los medios que nos hacen sentir mal, nos dañan o nos perjudican, y buscando las que nos hacen sentir bien, nos benefician o nos ayudan.
- Cambiar o transformar las fuentes internas de energía negativa, modificando nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestras emociones, nuestros sentimientos o nuestras intenciones que nos limitan, nos bloquean o nos sabotean, y adoptando los que nos liberan, nos impulsan o nos apoyan.
- Limpiar y proteger nuestro campo energético, usando técnicas como la meditación, la respiración, la visualización, la afirmación, la oración, el reiki, el yoga, el tai chi, la aromaterapia, la cromoterapia, la cristaloterapia, etc., que nos ayudan a eliminar las energías negativas que nos rodean o que hemos acumulado, y a crear un escudo de luz que nos protege de las influencias negativas externas.
- Pedir ayuda y orientación a los seres de luz, como los ángeles, los guías, los maestros, los ancestros, los animales de poder, etc., que nos asisten, nos guían y nos acompañan en nuestro proceso de limpieza y elevación de la vibración, y que nos envían señales, mensajes y sincronicidades que nos indican el camino a seguir.
3. Generar la vibración positiva
El tercer paso para elevar la vibración es generar la vibración positiva, es decir, crear o potenciar la energía que nos sube la frecuencia y la calidad de nuestra vibración, y que nos acerca a nuestra esencia divina, que es el amor. Esta energía puede provenir de fuentes externas o internas, y puede manifestarse de diversas formas, como:
- Fuentes externas: personas, lugares, situaciones, objetos, medios, etc., que nos transmiten energía positiva, como el amor, la alegría, la paz, la gratitud, el perdón, la compasión, la generosidad, la verdad, la belleza, etc.
- Fuentes internas: pensamientos, creencias, emociones, sentimientos, intenciones, etc., que nos generan energía positiva, como el amor, la alegría, la paz, la gratitud, el perdón, la compasión, la generosidad, la verdad, la belleza, etc.
Para generar la vibración positiva, podemos usar los siguientes métodos:
- Buscar o aumentar el contacto con las fuentes externas de energía positiva, acercándonos a las personas, los lugares, las situaciones, los objetos o los medios que nos hacen sentir bien, nos benefician o nos ayudan, y evitando las que nos hacen sentir mal, nos dañan o nos perjudican.
- Crear o potenciar las fuentes internas de energía positiva, cultivando nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestras emociones, nuestros sentimientos o nuestras intenciones que nos liberan, nos impulsan o nos apoyan, y eliminando los que nos limitan, nos bloquean o nos sabotean.
- Generar y compartir nuestro campo energético, usando técnicas como la meditación, la respiración, la visualización, la afirmación, la oración, el reiki, el yoga, el tai chi, la aromaterapia, la cromoterapia, la cristaloterapia, etc., que nos ayudan a crear las energías positivas que deseamos o necesitamos, y a enviarlas a nosotros mismos, a los demás, a la Tierra y al Universo, creando una red de luz que nos conecta y nos armoniza.
- Agradecer y celebrar la ayuda y la orientación de los seres de luz, como los ángeles, los guías, los maestros, los ancestros, los animales de poder, etc., que nos asisten, nos guían y nos acompañan en nuestro proceso de generación y elevación de la vibración, y que nos envían señales, mensajes y sincronicidades que nos confirman el camino a seguir.