La fase lunar denominada “llena” perdura durante tres días y se repite trece veces en un año. Desde hace miles de años, centenares de civilizaciones antiguas, tomaban especialmente estas noches en que la Luna brilla e ilumina la noche y la Tierra como simbología de prosperidad, fertilidad y particularmente para realizar hechizos de amor.
Casi todas las civilizaciones politeístas daban nombre a un Dios o Diosa (más frecuentemente esta última) para referirse a nuestro satélite natural y obviamente, la forma de simbolizarlos casi siempre fue a través de objetos brillantes como la plata u otro mineral con color plateado. La Luna tiene por sí, un significado aun mayor (después del Sol) en la Astrología a todos los demás planetas del sistema solar y consecuentemente rige en períodos de 48 o más horas, todo lo referente al carácter humano, basándose específicamente en situaciones emocionales.
La Luna rige las mareas, atrae a la Tierra en esta fase y también favorece a los que buscan embarazarse.
Cabe destacar que la Luna también marca nuestra vida al nacer, ya que según nuestra fecha de nacimiento y teniendo en cuenta la hora del mismo, obtendremos un ascendente (referido al Sol, dependiendo del lugar en el Mapa Astral estaba a esa hora, moldeando nuestro carácter) y específicamente nuestra Luna, que da comienzo por lo largo de nuestras vidas a fases de 28 días conocidos como Revolución Lunar.
Los hechizos de amor son pedidos que se realizan en fase de Luna Llena durante 3 días consecutivos pidiendo, con simples materiales cotidianos, que el Cosmos ponga orden en lo sentimental a dos o más personas para que puedan vibrar en sintonía. No existe lo que vulgarmente se llama “el retorno del ser amado”. Quien ama, se ama a sí mismo primero, ama a la humanidad toda y el amor se dará con la persona indicada si el Universo da su consentimiento. Pero, la ayuda a través de un hechizo, hará que si debe darse, nacer o florecer un amor, las fuerzas del bien y especialmente del amor, a través de la argenta luz del astro, encaminen y crucen los destinos de dos personas para bien.
La luz de la Luna Llena “fluye”, se le pide amor (también prosperidad y fertilidad) siempre tendrá efectos beneficiosos sobre quien pide con humildad. Se logra que se cumplan los deseos para aquellos que piden férreamente, con valor y honor, pero también con deber y sacrificio. Valor para enfrentar la respuesta de nuestro pedido, honor para lograr ser humildes ante la respuesta del Cosmos a nuestro pedido, deber ya que siempre hay que cumplir con lo ofrendado y sacrificio, ya que no es un acto de prestidigitación o ilusionismo y requiere esfuerzo.
Una receta muy sencilla es utilizar velas blancas, miel y algún objeto de plata (dentro de lo posible); puede ser un brazalete, aretes o cualquier cadena de la persona que pide el deseo.
Ha de hacerse por la noche.
Tomar tres velas blancas y sobre ellas escribir el nombre de la persona a la cual querramos atraer, pero ojo, desde el cabo hasta la base de la misma. Sobre este nombre escribimos el de la persona que pide o realiza el hechizo.
Una vez que tengamos las tres velas escritas, las untamos completamente con miel. Tomamos un plato blanco, dentro ponemos el objeto de plata y las encendemos formando un tríangulo, encendiendo en primer lugar la del vértice superior, en segundo lugar la del vértice inferior izquierdo y luego la del vértice inferior derecho.
Algo que se debe saber y que es de suma importancia, es que cada vela debe ser calentada en la base y luego se les da luz. Si se hace lo contrario, los resultados no serán los esperados.
Poner en un lugar donde no haya corriente de aire y cuando se consuman por completo cada día (pues el ritual debe hacerse los tres días consecutivos de Luna Llena), se limpia todo el plato y los restos de vela se tiran en la calle. Pasado los tres días, usar el objeto de plata por al menos siete días.
¡Práctico, sencillo y con unos resultados brillantes! ¡Mucha suerte!!!